Para el 8 de octubre de 2011
Los falsos maestros de Galacia estaban tratando de socavar el ministerio de Pablo al pretender que su apostolado y su mensaje acerca del evangelio no fueron dados por Dios. Pablo confronta ambas acusaciones en los primeros versículos de su carta a los Gálatas. Osadamente, declara que hay un solo camino de salvación, y describe cómo los eventos que rodearon su conversión demuestran que su llamamiento y su evangelio solo pudieron venir de Dios.